jueves, 2 de junio de 2011

Peligro. Campos electromagnéticos de radiofrecuencias...

La agencia sobre cáncer de la OMS clasificó los campos electromagnéticos de radiofrecuencia como “posiblemente carcinógenos”.

Y sostuvo que podrían provocar cáncer de cerebro, aunque advierte que hacen falta más estudios. Recomiendan usar “manos libres” para mantener el celular lejos de la cabeza.

 Por Pedro Lipcovich

“¿¡Pero por qué no me llamaste!? ¿¡Por qué no estabas en tu celular!?”
“Porque, mi amor, quiero proteger nuestra pareja mediante el uso prudente de la telefonía móvil, tal como recomienda la Organización Mundial de la Salud.”


La Agencia Internacional de la Investigación sobre Cáncer (IARC), dependiente de la OMS, clasificó los campos electromagnéticos de radiofrecuencia como “posiblemente carcinógenos para humanos”.

El dictamen requiere la prudencia, pero permite el humor. Requiere la prudencia porque las recomendaciones incluyen no excederse en el uso de la telefonía móvil y preferir el “manos libres”, los auriculares y los mensajes de texto.

Permite el humor, porque se trata de una posibilidad no confirmada, que, lejos de proscribir el celu, más bien abre la puerta (y requiere fondos) para futuras investigaciones.


El informe parte de que “en los últimos años, ha habido una creciente preocupación sobre la posibilidad de efectos adversos para la salud por la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia”, y señala que “la cantidad de teléfonos celulares se estima en cinco mil millones en todo el mundo”.

La IARC “ha clasificado los campos electromagnéticos de radiofrecuencia (generados por los teléfonos celulares) como posiblemente carcinogénicos para humanos (grupo 2B), sobre la base de un riesgo incrementado de glioma, un tipo de tumor maligno cerebral”, sostiene el informe, y recuerda que en 2008 se registraron en el mundo 237.913 casos de cánceres de cerebro, dos tercios de los cuales fueron gliomas.


El texto fue redactado por un grupo de trabajo integrado por 31 científicos de 14 países, que se reunieron desde el 24 hasta el 31 de mayo en Lyon, Francia.

“El Grupo de Trabajo no evaluó cuantitativamente el riesgo –aclara el documento–; sin embargo, un estudio del uso de teléfonos celulares (hasta el año 2004) mostró un incremento del 40 por ciento en el riesgo de gliomas en la categoría más alta de usuarios intensivos, que lo empleaban un promedio de 30 minutos por día a lo largo de un período de diez años.

” Un trabajo del Grupo de Estudio Interphone, publicado por la IARC el 17 de mayo del año pasado, señaló que “hoy el uso de teléfonos móviles ha crecido y no es inusual para los jóvenes usar celulares durante una hora o más por día; sin embargo, este incremento está mitigado porque los teléfonos de tecnología actual tienen en general emisiones más bajas, y por el aumento en el uso de mensajes de texto y ‘manos libres’, que mantienen el teléfono lejos de la cabeza”.


El titular del Grupo de Trabajo, Jonathan Samet (de la Universidad de California del Sur) precisó que “la evidencia permite sostener una clasificación 2B: esto significa que podría haber algún riesgo, y por lo tanto necesitamos mantener una estrecha atención por la posible relación entre teléfonos celulares y riesgo de cáncer”.


Christopher Wild, director de la IARC, recomendó que “mientras se efectúan estudios a largo plazo, es importante tomar medidas pragmáticas para reducir la exposición, como el uso de aparatos ‘manos libres’ o los mensajes de texto”.


El informe encuentra “evidencia limitada, entre usuarios de telefonía celular, para el glioma y el neuroma acústico”; este último es un tumor benigno en el nervio que conecta el oído con el cerebro.

El término “limitada” quiere decir que “se observó una asociación positiva entre la exposición al agente y el cáncer”, para la cual “una interpretación causal se considera creíble pero el azar, el error o la confusión no pueden, con razonable fiabilidad, ser descartados”.


La IARC clasifica los factores ambientales que pueden incrementar el riesgo de cáncer en cuatro categorías: “Grupo 1: el agente es carcinógeno para humanos”, lo cual implica que “hay fuerte evidencia”: ejemplo, el cigarrillo. “Grupo 2A: el agente es probablemente carcinógeno”, lo cual, en general, implica “limitada evidencia” en humanos y “suficiente evidencia” en ensayos con animales.

El Grupo 2B, que ahora incluye los teléfonos celulares, implica que “el agente es posiblemente carcinógeno”, lo cual en principio implica “evidencia limitada” en humanos y “evidencia menos que suficiente” en animales.

Luego viene el Grupo 3, donde “el agente no es clasificable como carcinógeno” porque “la evidencia es inadecuada” y el Grupo 4, donde “el agente es probablemente no carcinógeno”, ya que “hay evidencia” de que no lo es.


El estudio también incluyó otras categorías de exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia: “Exposiciones ocupacionales al radar y a las microondas” y “exposiciones ambientales vinculadas con la trasmisión de señales por radio, televisión y telecomunicaciones inalámbricas”, pero en estos casos “la evidencia resultó inadecuada”,


El Grupo de Trabajo efectuó una revisión de la literatura científica que “consideró cientos de artículos publicados”, y tomó especialmente en cuenta los trabajos del Grupo de Estudio Interphone, incluso “varios todavía en prensa en revistas científicas”.

El Grupo Interphone, auspiciado por la IARC, es “un esfuerzo colaborativo entre instituciones”, con una financiación de 19,2 millones de euros, de los que 5,5 millones son provistos por los fabricantes de teléfonos celulares.


Los resultados completos de la revisión efectuada por el Grupo de Trabajo serán publicados el 1º de julio en The Lancet Oncology y se anticiparán en la edición electrónica de esa revista científica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario