miércoles, 23 de diciembre de 2015

El test de las llaves.

Imagina que tienes frente a ti un baúl con un gran tesoro, 6 llaves para abrirlo y tan solo puedes elegir una. Tu llave favorita podría definir aspectos de tu vida y tu personalidad.

Elige tu llave favorita y a continuación descubre su significado:





1. Decidida y orientada a la seguridad: 
Te caracterizas por ser una persona muy analítica, absolutamente racional, interesada por cómo funciona el mundo, con una clara vocación de servicio, pero también con un poco de inseguridad reprimida. Te gusta tener el control de tu vida y de todas las situaciones y podrías llegar a enojarte o indisponerte cuando no lo logras hacer. Tu principal reto es vencer a la ansiedad, pues es probable que pases mucho tiempo pensando, planeando e incluso preocupándote por el futuro. Eres una persona naturalmente talentosa, recuerda que tienes el control de tu vida y que en la medida en que disfrutes el presente, aseguras el futuro. Es hoy donde construyes la seguridad que anhelas para el día de mañana. Lectura recomendada: 
El tiempo no es oro, el tiempo es vida.


2. Imponente e intensa: Te caracterizas por ser una persona carismática, con una mucha fuerza de carácter, gran poder de convencimiento y que más allá de las circunstancias, siempre logra obtener todo aquello que se propone. Te encanta aceptar retos así como dar a otros la oportunidad de que los desafíen a superarse de alguna manera. Deseas ser independiente y tu principal miedo es que alguien pueda controlarte. Vives de una manera muy intensa y algunas veces podrías incurrir en excesos y es justamente ahí donde radica tu gran reto. Moderar un poco la intensidad y el ritmo intenso de tus días te permitirá vivir tu vida de una manera más tranquila, autentica y saludable. Analiza tu necesidad de intensidad. ¿De dónde viene? ¿Qué sucedería si tú y tu vida fuera un poco menos agitada. Lectura recomendada: Los 7 secretos del éxito.



3. Triunfadora y orientada al logro: Te caracterizas por ser una persona decidida, competente, ambiciosa y muy enérgica. Estas fuertemente motivada por el progreso personal y sueles preocuparte mucho por la imagen que proyectas y por lo que las demás personas puedan llegar a pensar acerca de ti. Podrías llegar a experimentar cierta adicción al trabajo y ser una persona altamente competitiva y es justamente ahí donde radica tu gran reto. Recuerda que la única competencia valida en la vida es la que libras contigo mismo por ser mejor cada día. Cuando lo entiendas y cuando empieces a crecer a tu ritmo, verás cómo tu vida se torna, más feliz, más real y autentica y sin duda, mucho más prospera. Lectura recomendada: La suerte, una habilidad que puede ser aprendida.


4. Entusiasta y activa: Te caracterizas por ser una persona alegre, activa, naturalmente optimista, impulsiva y muy distraída y disipada. Tienes una mente muy activa, que pasa con rapidez de una idea a otra y por esta razón te cuesta concentrarte en una sola cosa a la vez. Como resultado, podrías llegar a demorarte mucho tiempo terminando tareas relativamente sencillas e incumplir algunos de tus compromisos. Tu principal reto es reconocer tu naturaleza impulsiva y entusiasta y tratar de poner un poco más de quietud y calma en tus pensamientos. Es mejor avanzar por la vida haciendo solo una tarea a la vez, pero bien hecha; pues de esta forma mejorará la calidad de tu trabajo y la calidad de tu vida. Lectura recomendada: 7 grandes decisiones que puedes llegar a tomar en tu vida.



5. Creativa y emocional: Te caracterizas por ser una persona sensible, sentimental, en algunos casos temperamental y con una increíble capacidad creadora. Tienes el poder de darle a todos tus espacios tu sello personal, te gustan las cosas originales y poco convencionales y generalmente disfrutas mucho llenar tu vida de color, de todas las maneras posibles. Con frecuencia podrías llegar a sentir que no te pareces a nadie y que nadie logra comprenderte lo suficiente. En este sentido, tu principal reto es recordar que eres una persona única, maravillosa y especial y que lo que vemos en los demás no es más que una proyección de lo que somos nosotros mismos. Sigue dando amor y el amor llegará a tu vida de muchas y diferentes formas. Lectura recomendada: Sigue tus sueños y vive tu pasión.

6. Analítica y racional: Te caracterizas por ser una persona metódica, razonada y muy cerebral. Disfrutas concentrarte y orientar tu atención en desarrollar ideas y habilidades, por lo cual podrías llegarte a haber convertido en experta en algún campo. Por lo general sueles ser una persona muy reservada y en algunos casos incluso podrías llegar a repeler vínculos sociales. Tu principal reto es aprender a ser tolerante, respetar y disfrutar las diferencias. Cada persona que llega a tu vida tiene un propósito y algo para enseñarte, aprende las lecciones que la vida te presenta a través de las personas y sigue adelante en tu camino, mucho más sabio y mucho más feliz. Lectura recomendada: 7 pasos para aprender a ser positivo

MAS INFO  http://buenasiembra.com.ar/salud/autoayuda/index.html



miércoles, 16 de diciembre de 2015

Cambios para tener una Vida Sustentable...

Cómo tener una vida sustentable

Lamparitas: las compactas y las LED consumen menos y duran más. (Emmanuel Fernández)

Tres dimensiones.

Se trata de disminuir los gases de efecto invernadero que van a la atmósfera.
Y de bajar el consumo ahora que suben las tarifas.

Por Miguel Jurado

Creo que todo comenzó cuando mi mujer decidió salvar el planeta.


Sí, tal cual, al principio parecía como que estaba haciendo pequeños ajustes a nuestra vida cotidiana como parte de una manía o una moda pasajera. Empezó con eso de separar la basura entre orgánica y reciclable, dejó de aceptar bolsitas en el súper y se negó a comprar bebidas que vinieran en botellas descartables.

Hasta ahí, todo bien, inclusive aplaudí su decisión de controlar el consumo de electricidad y de gas.
Me parecía que era una buena medida para anticiparse al quite de subsidios.

Me di cuenta de que la cosa se ponía seria al poco tiempo, cuando una mañana, antes de desayunar, me dio una clase teórica sobre la huella de carbono, el efecto invernadero y el calentamiento global.

Que todo el mundo produce una enorme cantidad de gases de efecto invernadero, que tendríamos que reducirlos, que es solo una cuestión de actitud y responsabilidad con el planeta que le vamos a dejar a nuestros hijos, que pin, que pan, que pun, el asunto es que ahí nomás me puso frente a la computadora para medir mi huella de carbono.

Fijate que la huella de carbono es la suma de todos los gases de efecto invernadero que producimos en forma directa o indirectamente mediante las cosas que consumimos y nuestras actividades. Ojo, también las cosas tienen su huella de carbono que es la suma de la contaminación que genera fabricarlas y transportarlas.

El asunto es que mi esposa tenía bien ubicada una página que te recontra escracha si estas llenando de dióxido de carbono el planeta. Frente al programa, mi media naranja repasó cada uno de mis hábitos diarios, desde si me ducho o tomo baños de inmersión, hasta si voy al trabajo en auto o en colectivo, pasando por la electricidad que consumo en casas y lo que como, cómo lo como y dónde lo como.

El resultado fue de-sas-tro-so. Según ese programita, mi huella de carbono es tan alta que pasé de ser un papá cariñoso y atento a convertirme en un monstruo, uno de los grandes responsables de hacerle pelota el planeta a mis hijos.

Te darás cuenta que frente a semejante acusación decidí cambiar de costumbres y le encomendé el manejo de mi vida a mi esposa (grave error). Por suerte, el primer paso para bajar mi huella de carbono ya lo había dado ella en casa.

Además de lo que ya te conté (lo de las bolsas de plástico, los envases retornables y separar la basura), mi mujer dejó de comprar servilletas de papel y pasó a las de tela, como las que usaba mi mamá. Y dio algunos otros pasos más sofisticados: dejó de usar productos de limpieza con productos químicos nocivos y los reemplazó por cosas naturales, como el vinagre para los vidrios.

Por otro lado, nos prohibió usar el aire acondicionado en casa y puso toldos para que el sol no dé directo en las ventanas. Ya cambió todas las bombitas por lámparas fluorescentes compactas que duran 10 veces más y consumen 10 veces menos (ahora está pensando en las LED que duran 30 mil horas).

Una cosa que enseguida entendió mi esposa es que la heladera y el congelador son los mayores consumidores de energía eléctrica de la casa: controla que no estén trabajando de más y nos tiene advertidos de que hay que pensar qué vamos a sacar antes de abrir el refrigerador, para tenerlo abierto la menor cantidad de tiempo posible.

Y no te cuento del termotanque; en casa ya no se mezcla agua fría y caliente, la temperatura tiene que estar calibrada antes de entrar a la ducha; y está pensando en un calefón solar.

Para el invierno, ya tiene todo un plan para aprovechar el calor del sol, vivir abrigados dentro de la casa y evitar las fugas de temperatura por vidrios y hendijas.

Hasta ahí, todo bien, el problema es que como el cálculo de nuestra huella de carbono no bajaba, empezó a probar cosas más complicadas: creo un compost en el patio, con hojas secas al que le agrega algunos desperdicios orgánicos, está pensando en recoger agua de lluvia y en reciclar la que sale del lavarropas para usarla en el inodoro. “Es absurdo usar agua potable”, afirma.

Ahora empezó a meterse en los usos y costumbres de mi trabajo. Ya me recomendó, antes de imprimir un documento, pensar si es necesario hacerlo o voy a terminar tirándolo antes de que pase un día.

Ayer, cuando estaba por salir para el trabajo me preguntó en qué iba. Me dio miedo y le dije que viajaría en colectivo. Me recomendó el subte: “Es eléctrico”, dijo. Después me miró en silencio y aconsejó:
“¿Y si mejor vas en bici?” . Nos estamos poniendo demasiado sustentables. fuente