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jueves, 17 de marzo de 2011

Oro azul: recurso natural estratégico














¿Por qué hablar del coltán?

Apostamos fuertes a lochas sin temor a perder cuando afirmamos que muy pocos venezolanos saben lo que es el coltán, sin embargo, ese mineral marca la vida de todos y lo que es más, todo el mundo quiere tener un aparato en cuyos componentes básicos está el coltán.

Enviado por: Evelyn Pallotta - Bióloga ecóloga. Analista ambiental.,


Estamos hablando de un mineral estratégico producto de la mezcla de otros dos, columbita y tantalio.

¿Nombres raros verdad?
, pero si yo digo teléfono móvil, computadora, pantalla de plasma, GPS, MP3 o cámara digital y otros, allí cambia la cosa, todos sabemos de qué estamos hablando y además es muy probable tengamos o queramos tener una(o) en nuestros hogares. pues todos estos aparatos pueden ser construidos y diseñados más planos, compactos, fiables y atractivos fundamentalmente por la incorporación de condensadores electrolíticos SMD de tantalio -componente del coltán- que han ido sustituyendo a los condensadores electrolíticos tradicionales.


En otras palabras menos rebuscadas, el coltán mueve la industria de los aparatos electrónicos, de las telecomunicaciones (ej. satélites artificiales), la armamentista (armamento teledirigido) y la médica, de allí su demanda, precio elevado y valor estratégico.

Como ejemplo, se tiene referencia que la multinacional Sony, en 2008, disparó los precios del coltán de 16,80 euros a 375 euros para producir los Play Station 2, 3 y 4 (El País, 2008).

El coltán entonces, gracias a los avances científicos, innovadores y tecnológicos, pasó de ser un recurso no renovable a ser un recurso no renovable altamente estratégico y por ende altamente perseguido, atado a impactos socio ambientales y políticos drásticos en los territorios poseedores, tanto así que se reporta que la República Democrática del Congo, que posee 80% de las reservas internacionales de coltán, desde 1998 está sumida en una guerra adjudicada al control sobre el mineral relacionado con intereses financieros y de dominación internacionales.

Este es sacado a Ruanda y procesado allí antes de ser exportado a países como Estados Unidos, Alemania, Países Bajos, Bélgica, Kazajistán y otros.

Al momento se estima que 5,5 millones de personas han muerto debido a ese conflicto, que ha habido culturas nativas desplazadas y exterminio de flora y fauna silvestre única en el mundo.

Cifras e impactos socio ambientales

Cuando se habla de la extracción y exportación de coltán, tantalio y niobio se visualiza una suerte de triángulo de Las Bermudas funcional entre la República Democrática del Congo y sus vecinos Uganda y Ruanda. A pesar de ser estos dos últimos poseedores de muy poca cantidad del mineral comparados con el Congo, es desde estos países donde se comercializa hacia el resto del mundo, haciéndose difícil distinguir entre cuánta cantidad es extraída y cuánta es contrabando proveniente del Congo.

El 29 de noviembre de 2010, en su resolución 1.952, el Consejo de Seguridad de la ONU instó a los países miembros a aplicar las normativas mundiales para evitar que sus empresas utilicen coltán sin certificación de origen. De allí que los “traders” internacionales estén en la búsqueda de fuentes productoras adicionales. Al respecto, Bélgica -uno de los consumidores de coltán- hizo un planteamiento ético de inhibirse en comprar el mineral en la región central de África para acabar con la ilegalidad, el contrabando y el financiamiento de guerrillas.

Por su parte, la explotación del coltán es muy rudimentaria, no tecnificada y destructora socio ambientalmente. En general, un trabajador congoleño gana 10$/mes, pero extrayendo coltán llega a ganar entre 10 y 40$/semana; y 1 Kg de coltán, lo que produce un hombre por día, es vendido internacionalmente a 400$ (Minera de Vzla, 2009), pero no sólo es este margen diferencial grosero entre lo que se paga a quien lo extrae y lo que se recibe por intermediación, sino que además este kilogramo diario se produce bajo condiciones de semi esclavitud, y de impacto ambiental y humano devastadores, ya que cuando se extrae coltán generalmente aparecen materiales radioactivos y la persona y el ambiente se contaminan con uranio, torio y radio. Se reporta que han muerto 3,5 millones de congoleños en las minas de coltán, la mayoría de ellos, niños que son quienes las trabajan.

El coltán en Venezuela

Las reseñas más recientes que se tienen del coltán fueron las del Presidente de la República en su alocución de memoria y cuenta ante la Asamblea Nacional en enero 2010 (Noticias 24), así como la del entonces Ministro de Industrias Básicas y Minería, Rodolfo Sanz. En la Asamblea se señaló que el coltán tiene precios internacionales superiores al del oro y al diamante, y una reserva valorada en 100 mil millones de dólares localizada en el Estado Bolívar y la Amazonia, al sur del río Orinoco y en el área limítrofe con Colombia y Brasil; según Sanz

Sólo siete países en el mundo tienen reservas suficientes de coltán como para exportarlo (Noticiero Digital). Ya en octubre del 2009, el entonces Ministro de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias Jesse Chacón ratificó este descubrimiento estableciendo que las reservas se detectaron en un rastreo aéreo efectuado con la cooperación de Irán (Granma, Cuba).

A pesar de que el Gobierno señala que se enteró de la existencia del coltán el año 2009, Anthony Mariano, geólogo canadiense, fue contratado por el estado venezolano en 1975 para explorar las riquezas del Cerro Impacto. Allí y en otra zona del Estado Bolívar pudo comprobar la existencia de coltán en cantidad y calidad importantes, considerando que en el continente hay dos lugares de valor para explorarlo y producirlo: Canadá y la frontera colombo venezolana.

Ciertamente, hay un interés internacional sobre las reservas de coltán en Venezuela, Chris Grove, portavoz de Commerce and Resources, compañía productora del recurso, afirmó: "hay una gran oportunidad en Venezuela y Colombia para producir tantalio y generar ingresos (El Nacional, diciembre 2010)

Ante lo expuesto cabe preguntarse: ¿Qué pasó con la empresa estatal cuya creación anunció el gobierno venezolano para explotar el recurso?, ¿Impera al momento la minería ilegal?, ¿Cuáles son los resultados y metas de la Operación Oro Azul (coltán) desplegada por las FAN para custodiar el recurso?, ¿Actualmente nuestro país vende coltán?, ¿El recurso natural está a la espera de líneas estratégicas, leyes, planes, o programas para su explotación, transformación y venta? Buenas son todas para ejercer una función contralora ante nuestra Asamblea Nacional.

lunes, 18 de octubre de 2010

Mineros, Se quiebra el pacto.

Se quiebra el pacto entre los mineros

Se quiebra el pacto entre los mineros

Algunos integrantes del grupo revelaron detalles que difieren de la versión oficial; ayer, 17 de los 33 volvieron a la mina San José


El saludo triunfal de Daniel Herrera, al regresar a la mina. Foto EFE

Carlos Vergara
Corresponsal en Chile

COPIAPO, Chile.- El pacto de silencio acordado por los 33 mineros que sobrevivieron durante casi 70 días bajo tierra en la mina San José comenzó a resquebrajarse en los últimos dos días, cuando algunos integrantes del grupo empezaron a revelar ciertos detalles que difieren abiertamente de la versión oficial e incluso entraron en contradicciones entre sí.

Para los mineros, la presión de la prensa, principalmente de los medios de comunicación europeos, y de estar en el centro de la atención mundial es agobiante. Equipos de televisión y diarios se pasean por las casas de los mineros, ubicadas, algunas de ellas, en villas miseria de Copiapó, para terminar de cerrar acuerdos por reportajes suscriptos con sus familiares, varios de los cuales incluso aceptaron adelantos durante los días de encierro. Algunos de los mineros han aceptado ir a la televisión chilena, a cambio de las cifras habituales que se les pagan a integrantes del jet set local.

Poco a poco, todos van cediendo. Mario Sepúlveda (conocido como el showman) dijo en una entrevista publicada ayer en The Daily Mail que tuvo "miedo a morir de hambre en su tumba subterránea", en un intento de describir la impresionante travesía que vivieron los mineros en su lucha contra la muerte.
"Quiero que el mundo sepa la verdad sobre lo que pasó ahí. Fuimos tragados en las entrañas del infierno, pero hemos vuelto a nacer y ahora siento que es mi deber decir lo que pasó", respondió, al ser consultado por el acuerdo con sus compañeros de no hablar sobre ciertos episodios.

Una de las revelaciones más sorprendentes de Sepúlveda fue que el famoso mensaje "Estamos bien en el refugio los 33", escrito por José Ojeda, que permitió al mundo saber que los mineros seguían con vida, fue redactado cuando ya habían perdido toda esperanza de ser rescatados.

El minuto de mayor penuria, según Sepúlveda y otros de sus compañeros, como Jimmy Sánchez, fue cuando la sonda que buscaba alcanzar el taller pasó de largo por una desviación de la perforadora Schramm T-130, el 19 de agosto. Tres días más tarde, la misma máquina los encontraría.

Otros, como Edison Peña, rompieron el mutismo que tenía el grupo sobre la responsabilidad de los dueños de la mina San José. "¿Por qué pasan estas cosas? El empleador guarda su dinero, y ¿qué pasa con la parte obrera? Estoy recaliente, hablo porque esto me puede servir de pantalla para que todo cambie", se quejó Peña.

Yonni Barrios, el minero que hizo de enfermero, reveló anteayer a LA NACION que no era Luis Urzúa el líder en el fondo de la mina, sino Sepúlveda, el extravertido animador del primer video que llegó a la superficie. Sus palabras fueron ratificadas poco después por Jimmy Sánchez, de 19 años, el más joven del grupo, que también dijo que reconocía a Sepúlveda como el jefe de la curiosa estructura organizativa que les permitió salir con vida de esta aventura. Algunos incluso hablaron de la existencia de tres "facciones" en la mina antes de que los psicólogos lograran integrarlos.

Fue justamente Sánchez el que develó ese secreto: en la mina existía una tercera voz, la de Juan Illanes, un ex militar chileno que estuvo meses en la trinchera durante el conflicto con la Argentina por el Beagle. Según Sánchez, Illanes les sugirió acordar el pacto de silencio o "secreto de Estado" que la mayoría asegura respetar para que la historia no sea tergiversada y capitalizar eventuales ofertas cinematográficas o editoriales.

Ayer, 17 de los 33 mineros regresaron a la mina San José para una misa de agradecimiento por su rescate "milagroso". Omar Reygadas, el segundo entre los mayores del grupo, que anteayer había criticado a Yonni Barrios por romper el acuerdo de no hablar sobre ciertos temas, esta vez negó que existiera exigencia de silencio alguno.
"No hay pacto de silencio. No hay nada que esconder, nosotros adentro lo pasamos como compañeros, nunca hicimos algo de lo que nos avergoncemos. De lo que vamos a hablar lo haremos en grupo para que todos contemos la historia como fue. Ojalá sea un libro, para que todos sepan lo que vivimos adentro", explicó Reygadas.

Los mineros son tratados como estrellas de rock. En la mina San José, fueron recibidos por numerosas cámaras, cientos de familiares y curiosos que quisieron acompañarlos, formando un verdadero enjambre a su alrededor, lo que obligó a la intervención de los carabineros, para resguardar su seguridad.

"Es superlindo estar acá, en algún momento pensamos que la perforadora se había echado a perder, por eso ahora estamos muy contentos de estar con vida", dijo Claudio Yáñez.
"Es bonito estar donde estuvieron nuestros familiares", fue lo único que alcanzó a decir Urzúa, antes de ser escoltado por carabineros para evitar el increíble acoso de los medios.

En medio de la misa, más de 20 empleados de la minera San Esteban Primera SA, la dueña del pique San José, protestaron con gritos y pancartas exigiendo el pago de sus sueldos, y por la diferencia con el trato recibido por los 33.

EL 33 Y LAS COINCIDENCIAS

  • Mensaje. La primera señal de vida de los 33 mineros fue una nota que ataron a la sonda. Sus caracteres, con espacios, suman 33.

  • Semana. El mensaje fue encontrado por las autoridades el 22 de agosto, en la semana 33 de 2010.

  • Protocolo. El recorrido en ambulancia desde la mina hasta el hospital de Copiapó debía durar 33 minutos.

  • Fe. Cristo murió a los 33 años. Para los mineros más religiosos, fue una señal.

  • Perforación. La perforadora T-130 excavó durante 33 días hasta encontrar el refugio donde estaban los mineros.

  • Rescate. El rescate empezó el 13 de octubre, o el 13/10/10. Los números, sumados, dan 33.

  • Quinielas. El día que empezó el rescate (13/10), en el sorteo matutino de la Lotería de la Provincia salió el número 11, "el minero" en los sueños. El día que terminó (14/10) salió el 33 en el nocturno.
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domingo, 17 de octubre de 2010

Primero la emoción, luego la reflexión

El rescate de los mineros chilenos fue un megaevento televisivo mundial que apuntó más a los sentimientos que a la razón

Primero la emoción, luego la reflexión

En la Argentina se calcula que 8 millones de personas vieron la salida del primer minero.
Foto Enviado especial   /   Aníbal Greco


Progresistas e intelectuales de cualquier latitud se rasgan por estas horas las vestiduras inútilmente escandalizados por lo sensiblera que se ha mostrado la audiencia mundial ante el reciente megaevento televisivo que fue el rescate de los mineros chilenos.

¿Qué pretendían? Como bien decía Pascal: "El corazón tiene razones que la razón no conoce" y cualquiera de los imprescindibles debates que ahora deben darse sí o sí sobre la explotación del hombre por el hombre y las peligrosísimas condiciones de trabajo en la minería, que cada año se cobra tantas vidas, era lógico que quedara indefectiblemente postergado para después.

Resulta del todo humano identificarse mucho más con las pequeñas y grandes emociones felices y trágicas personales de un pequeño puñado de prójimos que ponernos a analizar fríamente temas abstractos y teóricos que deben resolver los expertos en este tipo de problemáticas en tanto que la emoción vuelve a sus carriles normales. No por casualidad gozan de muchísima más repercusión las telenovelas y las películas de amor que los documentales o los sesudos ensayos. Esto, en sí mismo, no es malo ni bueno ni tiene, como algunos creen, consecuencias particularmente alienantes. Por el contrario: hasta puede resultar un más que eficaz vehículo para instalar a nivel masivo éste u otro tema que permanecen dormidos y pendientes hasta que una situación límite los lleva a la consideración pública.

Por eso: primero, la emoción; después, la reflexión. Ante la formidable plataforma mediática instalada en estos días frente a más de mil millones de televidentes sucedió, ni más ni menos, lo que tenía que suceder: ríos de lágrimas, momentos de zozobra, explosiones de alegría, curiosidad sin límites y un estado de asombro y excitación casi infantiles que la TV nos hizo sentir en esta electrizante competencia por la vida, donde "el juego" consistía en saber si 33 personas hundidas bajo 700 metros de piedra maciza podrían volver a salir sanos y salvos a la superficie.

* * *
Las emociones son muy difíciles de recrear en la televisión o, al menos, requieren tal cantidad de talento y creatividad que ese medio no es capaz de conseguir fácilmente. Entonces suele conformarse con poner en pantalla continuas minutas de episodios sórdidos, bizarros, patéticos o escandalosos.

Una vez que se estudió a fondo la factibilidad concreta de izar con vida desde las profundidades de la mina San José a los operarios atrapados, el presidente Sebastián Piñera y sus más estrechos colaboradores tuvieron la plena conciencia de que tenían ante sí uno de los más grandes shows televisivos "llave en mano" de todos los tiempos. Y se dedicaron a "producirlo" con el grado de excelencia que quedó a la vista y con un bastonero excluyente: el propio mandatario.

A la Televisión Nacional de Chile, que es la mayor productora de series de ficción en el país trasandino, se le asignó el monopolio de transmitir imágenes y sonidos del rescate.

Si Chile ya había sido de a ratos involuntario protagonista de la TV 2010 por culpa del devastador terremoto que lo sacudió en febrero último, ahora el destino ponía en sus manos la posibilidad de una revancha con un espectáculo colosal, mezcla de reality show y resistencia física, del que nadie podría ni querría sustraerse por su sinfín de componentes nobles y ultratelevisivos (el desafío que implicaba un mancomunado trabajo en equipo, de tolerancia y de fe en las profundidades de la mina para sobrevivir; el tesón y la técnica para encontrarle en superficie una solución a un problema de muy difícil resolución y los emotivos reencuentros familiares que coronaron el episodio).

Según un estudio de Mindshare Argentina, agencia de medios del grupo WPP, la audiencia que concitó el rescate de los mineros chilenos en nuestro país se elevó a 8 millones de televidentes. Fue un programa realmente ómnibus de 26 horas continuadas de duración, ya que las señales de cable de noticias transmitieron ininterrumpidamente. El pico máximo fue de 27,1 puntos, según Ibope, y se registró cuando el primer minero emergió de la boca del túnel.

"Si hacemos un ranking de los programas de mayor rating en lo que va del año en la TV abierta -subraya el informe de Mindshare-, el rescate del primer minero sólo sería superado por los cinco partidos de la Argentina en el Mundial (casi un 50% más de rating que este acontecimiento) y estaría al mismo nivel que la final de ese Mundial entre Holanda y España."

O sea que en la tabla de posiciones anual ocupa el sexto lugar, en tanto que el cable aumentó su consumo en los mejores momentos en un significativo 40%.

En Chile, como es lógico, las audiencias fueron todavía mayores ya que el rating promedio de toda la transmisión de poco más de un día entero tuvo 16,3 puntos (acá 5,7) y en la salida del primer minero, el peak ("pico" para los chilenos es una palabra sexual de alto voltaje) alcanzó los 29 puntos, habiendo sido la emisora estatal la más sintonizada.

¿Cómo esos intelectuales y esos progresistas genuinos o falsos progres no entienden que si un simple partido de fútbol por TV puede movilizar nuestras emociones más básicas, la gesta chilena forzosamente no nos iba a sacudir hasta la última fibra?

Entrelíneas / Por Pablo Sirvén

psirven@lanacion.com.ar
En Twitter: @psirven

sábado, 16 de octubre de 2010

El horror a 700 metros de profundidad.

Depresión, peleas y miedo a morir: lo que también vivieron los mineros


Desde ayer ya tienen el alta 31 de los 33 mineros. Hasta ahora, sólo había trascendido su gran solidaridad grupal, que les permitió sobrevivir. Pero, con su regreso al hogar, empezaron a revelar los dramas y situaciones críticas padecidas.

La noche de ayer quedará en la historia de la odisea de los 33 mineros como la primera que pasaron en sus casas. El alta médica les llegó a 31 de ellos y, a medida que fueron saliendo –y a pesar del pacto de silencio que dice que lo que pasó en la mina quedó en ella–, algunos contaron mínimos detalles de los momentos más difíciles y donde la solidaridad que ciertamente hubo se rompió algunas veces hasta con golpes.

“Fueron 70 días extremos”, explicó a Clarín uno de los médicos que los apoya. “Es natural que hayan habido roces”. Los pocos mineros que pronunciaron pocas frases antes los medios coincidieron en que los primeros 17 días, en los que estuvieron aislados y sin poder comunicarse con la superficie, fueron el infierno.
La temperatura rondaba los 40 grados, la humedad era casi del 100% y la comida faltaba. El agua potable se les había acabado muchos días antes del domingo 22 de agosto, cuando una sonda llegó a la galería cercana al refugio.

“Cuando se quedaron con diez litros de agua potable, comenzaron a beber agua contaminada que estaba en tambores y muchos comenzaron a tener dolor de estómago”, contó a esta enviada Alberto, el padre de Darío, uno de los mineros atrapados. “Tenía mal sabor. Tenía un montón de aceite de las máquinas”, también relató a varios medios de prensa Richard Villarroel, el minero de 27 años y uno de los últimos en ser rescatado.

“Estábamos esperando la muerte”, Villarroel dijo al diario británico The Guardian. “Nos estábamos consumiendo, como si estuviéramos trabajando. Nos movíamos, pero no comíamos bien. Nuestros cuerpos se consumían y nos pusimos cada vez más flacos. Mi cuerpo se consumía a sí mismo”, dijo el minero, quien bajó 12 kilos. Incluso habló del fantasma del canibalismo. En los primeros 17 días, “nadie hablaba de él”. Pero una vez que fueron detectados desde la superficie y comenzó a llegar la comida, “se convirtió en un tema de broma, pero sólo una vez que nos encontraron”.

Durante esos días 17 días descriptos como “un infierno”, el rol de Luis Urzúa, el líder de los mineros, fue central. Fue el que propuso racionar la comida que encontraron en el refugio: latas de atún y leche.
“Don Lucho”, como lo conocen todos, el jefe de turno que dejó último el fondo de la Mina San José donde su grupo pasó 70 días a casi 700 metros de profundidad, habló también de cómo se organizaron y montaron sistemas de solidaridad grupal que, al fin de cuentas, fueron los que les permitieron sobrevivir. “Sólo tienes que decir la verdad”, dijo ayer antes de dejar el Hospital Regional de Copiapó. “Todo se votó. Eramos 33 hombres, por lo que 16 más uno es una mayoría”, aportó como fórmula.

Sin embargo, pese al trabajo de equipo logrado, las cosas no fueron tan fáciles y hubo “pactos de sangre” para no contar todo lo ocurrido. Darío Segovia, el operador de perforadora de 48 años, les dijo a su familia en la última videoconferencia: “Lo que pasa en la mina, se queda en la mina.”

Uno de los secretos fue la separación de un grupo formado por quienes no aparecieron en el primer video que se vio de los mineros. En total, eran cinco. Un equipo de ayuda integrado por psicólogos trabajó para que la unión funcionara. Y la solidaridad quedó restaurada.

Aunque la imagen idealizada sobre la armonía plena entre los 33 va quebrándose poco a poco a medida que trascienden intimidades, la inexistencia de problemas entre los mineros –que sostiene la versión oficial– ayer siguió siendo reforzada por algunos. “Fuimos un grupo muy unido. Nunca hubo desacuerdos. Para mí fueron grandes hermanos con quienes hemos compartido los momentos en la mina”, remarcó por ejemplo Osmar Anaya en una comunicación por teléfono a la cadena chilena “24 Horas” y antes de salir del hospital. Al rato, los mineros fueron recibidos por sus vecinos con pequeñas fiestas.

Pero Daniel Sanderson, un minero compañero del grupo y que quedó afuera de la mina, reveló que había recibido una carta de uno de “los 33” donde le relataba peleas que llegaron a terminar en golpes. “Ellos se dividieron en tres grupos, ya que comenzaron a discutir y hasta hubo peleas”, dijo Sanderson a The Guardian.

El minero terminó su turno la noche del 4 de agosto y salió de la mina apenas unas horas antes del derrumbe. Sin embargo, cuando dos medios le pidieron detalles, contestó: “Eso es parte del pacto” de silencio.
Treinta y uno de los mineros durmieron ayer por primera vez en sus casas. Fue el primer día del resto de sus vidas. Y era natural que nadie quisiera recordar el infierno que durante 70 días vivieron en la profundidad de una oscura y mina de cobre en Atacama.
http://www.clarin.com/mundo/america_latina/Depresion-peleas-miedo-vivieron-mineros_0_354564823.html

Entrevistar a un minero: ya tiene precio: US$ 45.000

Entrevistar a un minero rescatado ya tiene precio: US$ 45.000

Es lo que le pagó un diario alemán a uno de los trabajadores


COPIAPO (El País) .- La puja por las declaraciones en exclusiva de los familiares la iniciaron los canales japoneses de televisión. Pero no fueron los únicos. Fuentes del diario alemán Bild indicaron que la semana pasada enviaron a uno de los mineros bajo tierra un contrato en el que se comprometían a pagarle unos 20 millones de pesos chilenos (45.000 dólares) a cambio de sus declaraciones durante 72 horas. Primero le ofrecieron la mitad y después de varias idas y venidas, se fijó esa cantidad. El contrato lo firmó el propio minero.

Un minero con mucha experiencia apenas podía aspirar hace tres meses a un salario de unos 3000 dólares. Ahora, en apenas unas horas podría cobrar infinitamente más.

Un periodista británico y su compañera brasileña acudieron el viernes último a la casa de Ariel Ticona, quien fue padre mientras estaba enterrado. En la casa, su esposa, Elisabeth Segovia, acunaba a la niña que parió hace un mes y a la que bautizó con el nombre de Esperanza, por expreso deseo de su marido.

El objetivo de los dos periodistas era proponerle a Elisabeth que en cuanto viera a su marido, en la zona restringida para los periodistas, le hiciera una foto junto a la recién nacida y se la pasara a ellos. Elisabeth no tenía ningún inconveniente... siempre que ellos cumplieran con una regla básica en cualquier subasta: "La foto se la llevará el que más dinero ofrezca por ella", les dijo.

Elisabeth se encontraba rodeada de una veintena de familiares. Hablaban de la fiesta que le estaban preparando a Ariel. Los periodistas le preguntaron si podían asistir. Le dijeron que sí, pero tendrían que contribuir.
"Pensamos que se referían a alguna comida o bebida. Pero aclararon que había que hacerlo con dinero. Decían que tenían que pensar en el futuro de la niña. Nos pidieron que solo entráramos con cámaras pequeñas y que no molestáramos mucho a Ariel. Y nos advirtieron de que una revista alemana iba a contribuir con 300 dólares", explicó el periodista británico. "Por supuesto, no aceptamos".

A medida que iban llegando los mineros hacia el hospital de Copiapó, el gran circo mediático se desplazaba. Y algunos familiares iban mostrando un comportamiento muy distinto del de hace unas semanas, cuando a ninguno se les había ocurrido pensar que podían cobrar por contar su drama. Elvira Valdivia, la esposa del minero Mario Sepúlveda, pasó ante los periodistas como algunos famosos asiduos de las revistas del corazón: con gafas negras y sin detenerse a contestar.

Hace varias semanas el minero Edison Peña ya envió una carta a su novia desde la oscuridad en la que le advertía de que hasta que no estuvieran todos en la superficie no habría que cantar victoria, que tal vez se estaba frivolizando la catástrofe. Buena parte del circo se irá la próxima semana. Solo quedará el dinero que dejaron algunos, el buen recuerdo que dejaron otros y la alegría de haber rescatado a 33 personas.